El grupo del miércoles está de suerte en esta ocasión, pues las imágenes siguientes hacen referencia a la primera ruta de conventos que hicimos. En primer lugar visitamos el Convento de Santa Isabel y después el Monasterio de Santa María del Socorro, donde las hermanas nos recibieron con una degustación de sus pasteles más típicos.
Convento de Santa Isabel: situado en zona estratégica de la ciudad amurallada y fundado hacia 1490 por la orden de San Juan. Como tantos otros conventos, sufre la desamortización de Mendizábal, aunque pronto el espacio conventual se volvería a ocupar por las hermanas filipenses, ahora como reformatorio femenino. Desde entonces es conocido como Casa de las Arrepentidas. Con las buenas donaciones recibidas se pudieron contratar a los mejores artistas, llamando a Alonso de Vandelvira para que levantara un nuevo templo en 1602. Interesante la portada manierista de 1609 del mismo arquitecto.
Para el retablo mayor se contó con Juan de Mesa. Se concluyó en 1624 con un estilo tardorenacentista. Las pinturas del ático se atribuyen a Juan del Castillo, las únicas que no se llevaron los franceses del templo.
Pinturas y esculturas completan todo el espacio, entre los que destacan un retablo que contenía una pintura del Juicio Final de Pacheco, que también fue sustraida, y en su lugar se colocó el Crucificado de las Misericordias de Juan de Mesa de 1622.
Este edificio es un ejemplo más de la buena arquitectura que se hacía en Sevilla a finales del siglo XVI y comienzos del XVII, completada con obras de calidad que decoran los espacios interiores, como también se hizo la iglesia que a continuación visitamos esa semana lluviosa del mes de febrero.
Monasterio de Santa María del Socorro: a tan sólo unos pasos del anterior, perteneciente a la collación de San Marcos, antigua morería de la ciudad, se alza un complejo conventual vivo, que desde fuera parece una fortaleza. Las hermanas concepcionistas franciscanas se dedican a la vida contemplativa, pero realizan muchas labores, destacando, entre otras cosas, por sus dulces artesanos con recuerdo sabor árabe en el aroma y la utilización de frutos secos.
Fundado por Juana de Ayala, la sobrina del Cardenal Cervantes, en 1522. Durante los siglos XVII y XVIII el monasterio sufrió reformas, pero no se ha alterado su diseño original. Entre todo el patrimonio, destaca el artesonado mudéjar y bóvedas de nervaduras en la cabecera, el retablo mayor, los azulejos de Pickmann de 1910 y unas pinturas murales de origen flamenco en la zona del coro bajo.
Sin más, espero que la borrasca se marche pronto y podamos disfrutar. Descansad! que el martes os espero para visitar el Jardin Americano.
Saludos.
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